Agroseguro constata un daño medio en las fincas que ya supera el 40%

 

Catástrofe» en el campo tras las tormentas del pasado lunes, que en apenas 24 horas arrasaron 6.000 hectáreas. «Es la gota que colma el vaso» de una cosecha con mucha sed, muy tocada por el calor del mes de junio y que quedó sentenciada con la ola de altas temperaturas de la última semana del mes pasado. Así lo puso de manifiesto ayer el presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez, quien cree que todavía se registrarán más partes a lo largo de los próximos días, de modo que la cifra del daño por el pedrisco será mayor.

 

También en esto coincide Pablo Ayllón, técnico de UPA Soria, dado que los afectados están acudiendo como un goteo a las oficinas. En estos momentos Agroseguro cuantifica ya en 7.099 las hectáreas siniestradas por el pedrisco, con un daño medio del 40%, según una primera valoración de Francisco Javier Zarcero Mayoral, director de la zona norte de Agroseguro en la que se circunscribe la provincia de Soria. Pero se contuvo a la hora de hablar de indemnizaciones hasta que los peritos no tasen las fincas arrasadas. «Ya hay 30 técnicos peritando los daños, y en las próximas semanas podríamos ampliar en función de las necesidades que vayan surgiendo en la provincia», añadió Zarcero.

 

Entre el temporal del Lunes de Bailas y Martes a escuela y el de este lunes hay un total de 7.000 hectáreas afectadas

 

Así, a las casi 1.000 hectáreas afectadas por las tormentas del Lunes de Bailas y del Martes a Escuela (el 1 y 2 de julio) se suman otras 6.000 arrasadas el lunes. Y la zona más dañada ha resultado esta vez Campo de Gómara, con 2.044 hectáreas (de 1.827 parcelas), lo que supone que casi un tercio de los siniestros por pedrisco de los registrados tras las tormentas de la tarde del lunes ocurrieron en esta comarca. Le sigue Soria, con otras 1.745 hectáreas y 1.508 parcelas. Y en tercer lugar, El Burgo de Osma, con 1.582 hectáreas y 1.400 hectáreas. Cabe recordar que la semana pasada fue la zona más dañada, con más de 400 hectáreas. De lejos, Arcos de Jalón, con 715 hectáreas y 558 parcelas.

 

Por el momento se salvan las comarcas de Pinares, donde sólo se han registrado 157 hectáreas (y 223 parcelas) por pedrisco; Almazán; con 345 hectáreas y 265 parcelas; y Tierras Altas, con 511 hectáreas y 488 parcelas.

 

La situación puede empeorar si se vuelve el granizo ya que es un «momento crítico para el cereal, a punto de empezar a segar»

 

Para Carmelo Gómez todavía habrá más, dado que «hay mucha gente que está esperando a empezar a cosechar para dar parte de pedrisco junto con el de sequía». Aunque en algunas zonas ya se están empezando a ver las máquinas, la semana que viene será la del comienzo oficial de la temporada de siega en la provincia. «Donde han caído las tormentas hay mucha agua y el pedrisco ha supuesto una catástrofe, pero en el resto habrá que esperar para dar una valoración general», manifestó el responsable provincial de Asaja Soria.

 

En lo mismo coincidió, Pablo Ayllón, de UPASoria, quien sí que puntualizó que en las zonas no arrasadas por el pedrisco y las tormentas, «parece que la cosecha no va a ser tan mala como se preveía en Sanjuanes con la ola de calor». Y apuntó a unas cifras de rendimiento entre los 2.600 y los 2.700 kilos por hectárea en el caso del trigo y el centeno. «La mejor producción ha sido la de cebada temprana porque ya había granado antes de los calores de la ola de la última semana de junio».

 

Carmelo Gómez también ratificó que ha sido el calor lo que más ha perjudicado a la planta. «Se ha perdido buena parte de la cosecha porque el cereal tenía mucha sed y no estaba todavía en grano». No obstante, se refirió a los seguros como la tabla salvavidas en estos momentos para el campo soriano: «Gracias a Dios en nuestra provincia hay una cultura muy implantada a la hora de asegurar la cosecha de cereal y aunque no sirve para mucho, por lo menos es un remedio y da para poder volver a sembrar de cara a la temporada que viene».

 

Ahora es un «momento crítico para el cereal, a punto de empezar a segar», añadió Pablo Ayllón. Lo malo es que para este fin de semana las predicciones meteorológicas avanzan lluvias en la provincia, que el agro confía en que no se transformen en tormentas con pedrisco, porque serían más siniestros para un campo que «no está para tirar cohetes». Desde luego que el agro mira más que nunca al cielo confiando en que sea sólo agua que sacie en lo que pueda la sed del cereal que arrastra desde el pasado mes de mayo.

Fuente: Heraldo-diario de Soria