La cosecha de cereal de invierno en Castilla y León se estima en 4,8 millones de toneladas. Esto supone una reducción del 17 por ciento respecto a la producción media de los últimos cinco años que se situaba en 5,8 millones de toneladas.

 

Aunque los efectos de la sequía se observan en todo el territorio de Castilla y León, las zonas más afectadas han sido la mitad occidental y centro de la Comunidad con reducción de la producción entre el 30 y el 50%. En concreto las zonas más afectadas son las provincias de Ávila, Salamanca, León, comarca Campos de Palencia, comarcas Centro, Sur y Sureste de Valladolid, Demanda y La Ribera en Burgos y Duero Bajo y Campos Pan en Zamora.

 

Las últimas previsiones publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan que en España la cosecha de cereales de invierno disminuirá a unos 14,4 millones de toneladas por el efecto de la sequía, especialmente en Castilla y León, que representa un tercio de la producción nacional.

 

Las condiciones meteorológicas de la campaña han sido especiales desde el principio.

 

Las lluvias no llegaron hasta noviembre por lo que la siembra se retrasó y no finalizó hasta diciembre. En general, la nascencia fue buena aunque con diferencias debido a los retrasos en las siembras.

 

Enero fue un mes seco y febrero y marzo cálidos y secos, lo que permite una vez más clasificar este invierno como atípico, con temperaturas por encima de lo habitual y falta de lluvias.

 

Las temperaturas del mes de abril fueron normales y las precipitaciones un 20 por ciento por encima de su promedio pero presentando un reparto heterogéneo al producirse en forma de chubasco o tormenta. Estas lluvias permitieron la distribución del fertilizante y favorecieron el desarrollo del cultivo y un ahijado normal, excepto en las siembras que se realizaron en enero, que presentaban un ligero retraso.

 

Sin embargo, la meteorología de mayo, un mes fundamental en el desarrollo del cultivo, ha sido adversa, principalmente debido a la falta de precipitaciones, cuyo balance ofrece un déficit global del 75 % respecto a la media de la región, convirtiendo a mayo en un mes extremadamente seco. Sólo en las zonas del extremo este y noreste (Soria y norte de Burgos) las lluvias han sido normales.

 

Los meses de junio y julio han tenido un balance térmico desigual entre el este, donde ha sido cálido o muy cálido, y el oeste, que ha sido frío, con una zona intermedia normal. Respecto a las precipitaciones, el déficit global de la región se encuentra en torno al 25 o 30 por ciento.

 

En consecuencia, estas condiciones no han favorecido un buen espigado y la formación y llenado del grano y, por ello, se presenta una cosecha por debajo de la media pero con grandes diferencias entre provincias y comarcas.

 

La cosecha en CyL está por de bajo de la media y con grandes diferencias entre territorios

 

Entre las provincias más afectadas por la sequía se encuentran Ávila y Salamanca y León, con reducciones que oscilan entre el 40 % y el 50 % de la producción media.

 

En Valladolid, la reducción media es del 25%, hay comarcas también muy afectadas, con reducciones entre el 30 y el 50%.

 

En Palencia y Zamora la reducción media es cercana al 20%, aunque hay comarcas agrarias muy afectadas con reducciones del 30%.

 

En Burgos se estima una bajada total del 9 % debido a la mala cosecha del sur de la provincia. Aunque en La Ribera y Demanda la reducción supera el 30 por ciento.

 

En Segovia, la reducción media es del 15 %.

 

Por último y a diferencia del resto de las provincias, Soria presenta una cosecha media normal, aunque se espera reducción en torno al 20 por ciento en El Burgo de Osma y Soria.

 

Situación de la recolección

 

Las labores de recolección están muy avanzadas en toda la comunidad, con provincias ya prácticamente cosechadas como Ávila, Salamanca. Sin embargo, otras como Burgos y Soria, tienen un 50 por ciento de la superficie recolectada.

 

Respecto a cultivos, el 85 por ciento de la superficie de cebada ya está cosechada, el 60 % de trigo, el 65 % de avena y en torno al 45 por ciento de centeno y triticale.

 

Superficie sembrada

 

La superficie de cereales para grano en esta campaña es de 1,8 millones de hectáreas, un 4 % menos que en la campaña pasada, y a la media de los últimos años.

 

La principal causa es el aumento de la superficie segada para forraje en las comarcas más afectadas por la sequía, que casi se ha duplicado respecto al año medio.

 

La producción de cereal prevista en CyL es de 4,8 millones de toneladas, lo que supone una reducción del 17 por ciento respecto a la producción media de la Comunidad. El 82 % de esta producción procede del secano y el 18 % del regadío.

 

Las producciones de trigo y cebada son similares, en torno a los 2,2 millones de toneladas. La producción de avena alcanza 121.000 toneladas; el centeno, 175.000 toneladas; el triticale, 81.000 toneladas, y el trigo duro, 10.000 toneladas.

 

Rendimientos de los cereales

 

El rendimiento medio del cereal, se estima en torno a los 2.670 kilogramos por hectárea, un 13 % menos que la media de los últimos años. En secano, los rendimientos medios alcanzan los 2.450 kilogramos por hectárea y en regadío los 4.570 kilogramos por hectárea.

 

El rendimiento del trigo se encuentra en torno a los 2.770 kilogramos por hectárea, un 18 % menos que la media interanual.

 

Similares rendimientos presenta la cebada, sobre 2.740 kilogramos por hectárea, un 7 % menos.

 

En secano, el trigo presenta unos rendimientos de 2.500 kilogramos por hectárea y la cebada de 2.550 kilogramos por hectárea, por lo que esta ha tenido una mejor adaptación a la sequía.

 

La avena se encuentra en unos 2.000 kilogramos por hectárea y el centeno en torno a los 1.800 kilogramos por hectárea, estos rendimientos son un 20% inferiores a las medias de otros años.