Los agricultores y ganaderos españoles piden a la PAC, además de dotaciones suficientes, medidas eficaces para paliar un contexto de precios volátiles, guerras comerciales, consecuencias del cambio climático, negociaciones de acuerdos y nuevas programaciones presupuestarias.

Las cooperativas agroalimentarias y las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG reclaman acciones contra las crisis de mercado motivadas por múltiples factores como  la intrínseca naturaleza del sector a la que se suman la salida del Reino Unido de la Unión Europea, los graves e imprevisibles efectos meteorológicos, la especulación con las materias primas y las guerras arancelarias internacionales

Bruselas, por su parte, elabora una normativa para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, que entre otros efectos puede colaborar en la mejora de la renta de los agricultores y ganaderos al defenderlos de las prácticas comerciales desleales, y que los productores observan con esperanza y cautela, porque el equilibrio de poderes en la formación del precio es tarea que muchos consideran “esencial” en la nueva PAC.

El director de Asuntos UE e Internacional de Cooperativas Agro-Alimentarias, Gabriel Trenzado, indica que “los actuales mecanismos no son lo suficientemente reactivos y sólidos para prevenir crisis” y que se deben tomar “medidas de intervención y acuerdos de retirada de producto del mercado de manera concertada, bien a través de asociaciones de organizaciones de productores o de las interprofesionales”.

El director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López, recuerda que “en las últimas reformas de la PAC se han ido desmantelando medidas de gestión publica y se ha demostrado que el propio mercado no es suficientemente eficaz para paliar los efectos de la enorme volatilidad. Ante esta realidad, la UE debe dotarse de herramientas ágiles y eficientes para responder a estas crisis. El mercado es una parte esencial de los ingresos de los agricultores, por lo que se pide a la PAC que debe velar por facilitar una mayor orientación al mercado de nuestras producciones”.

De nuevo la PAC afronta una negociación crucial, pero de la que no sólo dependen las ayudas directas que recibirán los agricultores y ganaderos, sino de la que emanan políticas que afectan directamente a los mercados, a los eslabones de la cadena alimentaria y a los consumidores.