Según los datos del Inventario Europeo de Emisiones, el 94% de las emisiones de Europa proceden de la agricultura y el 80% de éstas provienen de fuentes orgánicas. Estos datos evidencian que es necesaria una correcta gestión del uso de fertilizantes para reducir el impacto ambiental, conservar la biodiversidad e incrementar la productividad y rentabilidad.

El principio de las 4R fomenta el uso de los nutrientes más apropiados (Right source), de la dosis correcta (Right rate), en el momento idóneo (Right time) y de la forma y lugar de aplicación adecuados (Right place). De esta forma, se pretende maximizar la absorción del sistema de cultivo, reduciendo las pérdidas y, por tanto, el impacto negativo al medio ambiente.

Elegir el fertilizante más apropiado, significa tener en cuenta las necesidades del tipo cultivo y de suelo para que contenga los nutrientes necesarios para un balance adecuado.

La determinación de la dosis correcta de fertilización debe ir en función de la producción. Para ello, deben conocerse los nutrientes ya disponibles en el suelo y las fuentes adicionales.

Para usar el fertilizante en el momento adecuado es necesario conocer el tiempo que la planta tiene nutrientes disponibles y el tiempo en que los va a necesitar a lo largo del ciclo.

La forma de aplicar los nutrientes debe considerar la composición de los fertilizantes para maximizar el aprovechamiento y reducir las pérdidas al ambiente.