El gobierno de Ucrania ha avisado de que lleva ante la OMC (Organización Mundial del Comercio) a Polonia, Hungría y Eslovaquia si continúan con su rechazo a aceptar las importaciones de grano y productos alimenticios de su país.

 

Los analistas opinan que Polonia mantendrá la prohibición, por lo menos, hasta que se realicen las elecciones polacas, el próximo el 15 de octubre. Gran parte de los votantes del partido actual están en el medio rural y actualmente el campo polaco está realizando numerosas protestas porque el grano ucraniano hunde el suyo.

 

Ucrania ha avisado que, si Polonia no acepta sus importaciones, ellos tampoco podrán exportar fruta y hortalizas a su país.

 

Por ello, que Polonia acepta o no las importaciones ucranianas y cuando tome la decisión, será concluyente para la decisión que tomen Hungría y Eslovaquia.

 

Por su parte, en Bulgaria ha habido manifestaciones de agricultores, protestando contra el gobierno por no prohibir el ingreso de grano ucraniano, como han hecho los países vecinos. Al parecer el gobierno búlgaro ha sufrido la presión del sector del girasol. Ya que, a diferencia de los otros países, Bulgaria tiene grandes productores de aceite de girasol que se han quejado, desde que se impuso el embargo, hay escasez de pipa y altos precios.

 

En este sentido, el pasado 15 de septiembre terminó el plazo de las medidas establecidas por la Comisión Europea para evitar que las importaciones de grano ucraniano hundieran los mercados de los países limítrofes. Estas medidas, que beneficiaron a Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, suponían que el grano importado podía transitar por estos cinco países para ir a otros Estados miembros o a terceros países, pero que no podían quedarse en sus mercados.